En España se dice que una persona afortunada tiene siete vidas como los gatos.
Según la creencia popular el matar un gato o sus crías trae mala suerte, de aquí que algunos prefieran pagar a otros para que los maten en caso de ser muy necesaria su desaparición.
Soñar con un gato es de mal agüero.
En algunas regiones del sur de Estados Unidos todavía se piensa que, si se permite a un gato acercarse a un cadáver humano, una horrible desgracia caerá sobre la familia del difunto.
En Sicilia, un gato negro representa el mal de ojo.
En Kentucky existe la creencia de que la visita de un gato negro a una casa es señal de buena suerte, excepto si decide quedarse, en cuyo caso significaría infortunio.
En la Gran Bretaña del siglo XIX, el que un gato negro se paseara por delante de unos novios a punto de casarse representaba felicidad y fecundidad para los contrayentes.
En el pasado, los marineros consideraban que traía buena suerte tener un gato negro a bordo, aunque no se podía pronunciar la palabra "gato", pues hacerlo acarrearía grandes desgracias.
Las mujeres de los marineros solían tener un gato negro en casa para asegurarse de que sus maridos volverían sanos y salvos.
Pero más allá de todas estas creencias, puedo decir con certeza que el gato una vez que te adopta como su amigo, será sin duda tu mejor y más fiel compañero, dándote muestras constantes de su inmenso cariño...
viernes, 24 de diciembre de 2010
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